"La desconfianza de Erígone, amiguitos, conmovió a Orestes. Eso me lo dijo Carlos Coffeen Serpas. Me miró a los ojos y me lo dijo o me lo susurró, como si sus palabras fueran el filo de la historia, la historia bisturí, luego dijo que sólo a partir de ese momento, es decir después de haberse conmovido, Orestes pudo pensar seriamente en salvaguardar a Erígone de los peligros que la acechaban en la humeante Argos y que se componían, básicamente, de su locura, de su furor homicida, de su vergüenza, de su arrepentimiento, de todo aquello que Orestes llamaba el destino de Orestes y que no era otra cosa que el camino de la autodestrucción".
Para quien quiera leer Amuleto de Bolaño, aquí está.
http://www.scribd.com/doc/2556958/Bolano-Roberto-Amuleto
Buen provecho.
domingo, 25 de enero de 2009
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