jueves, 13 de noviembre de 2008

Drifting and Tilting.

Vale.

Si vas a ver un concierto de diferentes autores cantando canciones de Scott Walker, ¿qué esperas? Pues diferentes autores cantando canciones de Scott Walker. Obvio.

Pues no. Aquí te encuentras mucho ruido y pocas nueces. Mucho concepto y muy poca emoción (por no decir nula). Una bailarina de danza contemporánea haciendo el cafre en camisón de raso, tíos con máscaras con cesped en la cabeza, un tío haciendo de viento que mueve un periódico durante 5 minutos de reloj... ah, sí, y que no se me olvide, un boxeador negro descargando su ira contra un cerdo abierto en canal y colgando de una pata. Muy bien, señores del Barbican. Bravo!

Alguien dijo una vez, "la historia me absolverá". Pues eso, señor director, buena suerte.

Y para el desquite y olvidarnos de los 20 pounds q hemos pagado:

1 comentario:

Ramonal dijo...

El arte contemporáneo se adentra por las más oscuras veredas, pero esto ya es el todo vale. Que en las calles de Valencia se ha convertido en vale-tudo de mamporros.

Me encanta la crónica Diane!